Loading

Estoy en Guatemala, tranquilo de estar a salvo, gracias a Dios.

Tengo 13 años y vivo en San Marcos, conozco a mucha gente que se ha ido para el norte, algunos en el campo dicen que saben el camino de memoria, pero mis papás que están en Estados Unidos dicen que es mejor pagarle a un pollero.

El coyote me llevó con el para reunirme con mis papás y me dio varias instrucciones, se supone que el chavo me iba llevar hasta la casa de mis papás y solo íbamos él y yo, pero cuando avanzamos iban más personas, no solo yo, solo con agua, nada de ropa ni comida, caminamos mucho, sentí que ya no podía, pero mis papás me esperaban, así que no me detuve.

Por fin llegamos al río, cuando lo cruzáramos ya estaríamos más cerca, el coyote pasó primero, a mí me dio miedo y preferí ver cómo pasaban los demás, habían más hombres ayudando del otro lado.

No me di cuenta cómo, pero a dos chavos un poco más grandes que yo, se los llevó la corriente, vi como se ahogaron, yo me congelé, al pollero no le importó que me quedara solo y los otros, nos dejó.

Yo no quiero ir otra vez, prefiero quedarme con mi abuela y cuando sea mayor me reúno con mis papás, pero ahora solo quiero regresar a mi casa y dormir un poco.